viernes, 8 de marzo de 2019

La luna en el Parque del Ajedrez.

Sólo faltaba  media  hora para que  mi turno en lobobicis terminará, estaba demasiado aburrido, no había nada gente pidiendo bicicletas y yo tenia mucho sueño.  Aproveche que mi compañera regreso del baño para pedirle que me cubriera unos 10 minutos en los que iba a dar una vuelta, sin problemas acepto así que, observando el clima y que el sol ya estaba desaparecido , preferí no irme en bici para que no fuera tan rápido.

Es raro, pero en verdad necesitaba un descanso de no hacer nada. Necesitaba hacer algo, caminar, observar gente, simplemente sacar mi mente de esas paredes blancas tan aburridas. 


Salí de la facultad de ARPA en donde se encuentra la caseta de lobobicis, caminé hacia la famosa libélula del Complejo Cultural y decidí ir hacia la caseta que se encontraba en el EMA.

Caminé por el parque del ajedrez que se encuentra justo a la mitad de ambas casetas. Es un lugar por el que pasó todos los días y nunca había visto tanta gente como ese día, lo cual llamó mi atención y al acercarme más vi que estaban tomando fotos de la luna. 

La gente se encontraba enfrente de las piezas grandes de ajedrez, en el pequeño pasillo que está después de la ciclovía y gracias a eso pude percatarme que la luna realmente estaba hermosa, grandota y anaranjada. 

Yo también quería tomar una foto cuando recordé que la cámara de mi celular es una basura y no enfoca nada, tuve que quedarme con las ganas y seguir con mi camino, estaba tan molesto con mi celular que decidí apagarlo. 

Cuando estaba apunto de entrar a los baños del parque escuché que alguien gritó mi nombre y al voltear me di cuenta que en ese grupo de personas se encontraba mi amiga, corrió a abrazarme y golpearme como acostumbra.  

Empezó a decirme que por que la había ignorado cuando pase casi casi enfrente de ella, la verdad es que ni cuenta me había dado que ella está ahí, pero como ya sé cómo se pone bien intensa en situaciones así preferí cambiarle el tema y decirle que me enseñara sus fotos que le había tomado a la luna. 

Y mientras me las enseñaba seguía demostrándome lo enojada que estaba, y queriéndose aprovechar de eso me pidió que la acompañara a esperar su camión a la facultad de música, yo no quería pero sabía que podría ponerse peor y decidí acompañarla. 

Ellá guardó su cámara, pasó al baño y comenzamos a caminar. Por las palapas que se encuentran enfrente de la cafetería del parque del ajedrez ella sacó su celular y fue cuando volvió mi amiga la intensa. Se dio cuenta que yo había dejado en visto su mensaje, motivo para que comenzará a recordarme lo gran amiga que ha sido y lo culero que yo soy. 

Mi error fue decirle que se calmara y hacer como que no importará, pues se molestó y me dijo que ella se iba sola. Intenté bromear con ella pensando que ella también lo estaba haciendo, pero realmente estaba molesta, se puso sus audífonos y comenzó a caminar rápido. 


Decidí no alcanzarla, y al ver que ya no había mucha gente en el parque pues los niños que estaban jugando en la parte de los juegos ya estaban siendo apurados por sus papás y las personas que estaban tomando fotos ya guardaban sus cosas recordé que tenía mi telefono apagado. 

Estaba metido en un problema, pues tenía cuatro llamadas perdidas de mi compañera de la caseta, y antes de poder salir del parque vi que ella ya venía en una bicicleta apresurada pues ella ya tenía que irse. 

Se detuvo y muy enojada solo me dijo que me apurara, sin despedirse, moviendo la cabeza de un lado a otro y con una mirada tan tenebrosa se alejó en su bicicleta.

Decidí salir corriendo del Parque hacia mi caseta, vaya día tan malo, aburrido, cansado y el único momento agradable tenia que haber sido arruinado por mi torpeza y por dos mujeres enojadas. 

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